Llega la Navidad y, con ella, la famosa —y peligrosa— combinación de sabores: pavo, chocolate caliente, ensalada rusa, panetón y “solo una copita más” de espumante. No es sorpresa que en diciembre aumenten las emergencias por indigestión, intoxicaciones y dolores abdominales: las cenas pesadas y las mezclas temerarias cobran factura.
La buena noticia: sí puedes disfrutar sin sufrir después. Aquí empieza tu guía de supervivencia navideña para evitar malestares y celebrar sin drama.
¿Cómo evitar una indigestión en Navidad?
1. Controla tus porciones. La regla es simple: menos festines, más degustación. Platos más pequeños, pausas entre bocados y cero carreras.
2. Come despacio, respira y disfruta. Masticar bien evita sobrecarga, hinchazón y ese dolor incómodo que llega cuando la comida cae muy pesada.
3. Ojo con las mezclas peligrosas. Trata de espaciar dulces, alcohol y platos grasos. Tu sistema digestivo te lo agradecerá.
4. No te eches inmediatamente después de cenar. La tentación de ver la película navideña recostado es real, pero espera al menos dos horas. costarte de golpe causa reflujo.
5. Mantente hidratado. No hablamos del “champán”, vino o sidra, sino de agua. Ayuda a la digestión, evita estreñimiento y reduce esa sensación de “estoy infladísimo”.
¿Y si ya te excediste?
Puedes ayudarte con infusiones de manzanilla, jengibre o menta. Pero si aun así sientes dolor intenso, vómitos persistentes o malestar que no pasa, no lo dudes: toca ver a un doctor.
Para ello, tener un seguro de salud puede ayudarte en caso de:
- Atención por dolor abdominal fuerte.
- Intoxicaciones alimentarias.
- Emergencias por exceso de comida o bebida.
- Consultas médicas presenciales o virtuales.
- Exámenes si tu malestar persiste.
Disfruta la Navidad, pero no pongas a tu estómago en modo supervivencia. Come bien, hidrátate, evita mezclar de todo y escucha a tu cuerpo.
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