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09 julio, 2025

Esa comida al paso venía con bacteria incluida

Mujer con infección estomacal vomitando.

¿A quién no le ha pasado? Te provoca ese sánguche callejero que huele delicioso, lo devoras con entusiasmo… y a las pocas horas sientes que tu estómago arma su propia revolución. Entre idas urgentes al baño y sudores fríos, te preguntas si valió la pena.

Las infecciones estomacales son más comunes de lo que creemos y tienen el poder de arruinarte no solo el fin de semana, sino hasta mandarte directo a una sala de emergencias. Por suerte, un seguro de salud puede ser tu salvavidas cuando tu intestino decide declararte la guerra.

Si quieres evitar sustos (y facturas médicas que duelen más que los cólicos), aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre estas temidas infecciones:

¿Cuáles son los síntomas de una infección estomacal?

  • Diarrea: heces blandas y frecuentes, a veces con sangre.
  • Náuseas y vómitos: esa sensación que te hace rezar para que pase rápido.
  • Dolor abdominal: calambres que vienen y van.
  • Fiebre: puede ser baja o alta, acompañada de escalofríos.
  • Pérdida de apetito y fatiga: lo único que querrás será dormir y tomar agua.
  • Dolores musculares o de cabeza: como si fuera un bono de malestar extra.

¿Qué hacer si ya te intoxicaste?

  • Hidratación: bebe agua, sueros orales o caldos claros para evitar deshidratación.
  • Reposo: tu cuerpo necesita toda la energía para recuperarse.
  • Dieta suave: arroz, plátano, tostadas o puré de manzana son tus aliados.
  • Evita irritantes: ni frituras, ni picantes, ni café. Dale un respiro a tu estómago.
  • Medicamentos con cuidado: si la diarrea es leve, puedes usar algunos de venta libre (pero evita si tienes fiebre o sangre en las heces).
  • Consulta al médico: no lo dudes si el malestar es severo, dura varios días o empeora.

Aquí es donde un buen seguro de salud marca la diferencia. Porque una infección estomacal puede convertirse en una emergencia costosa: consultas, exámenes, medicinas, hidratación intravenosa y, en algunos casos, hospitalización. Con un seguro de salud puedes atenderte en clínicas privadas sin vaciar tu billetera, acceder a medicamentos y tratamientos cubiertos, recibir atención rápida y de calidad, contar con asistencia 24/7 si el cuadro empeora.

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