Empezó con un silbido al respirar, luego una presión en el pecho y la sensación de que el aire simplemente no llegaba. ¿Te suena familiar? Así es como, en un abrir y cerrar de ojos, puede aparecer un ataque de asma.
Solo en este 2025, se estima más de 73 mil nuevos casos de asma en el país. Una cifra que nos recuerda que se trata de una enfermedad respiratoria crónica, que puede ser controlable, pero también volverse peligrosa si no se actúa a tiempo.
¿Qué pasa durante un ataque de asma?
Imagina que estás respirando a través de un sorbete, pero alguien lo está aplastando. Eso es lo que siente una persona durante una crisis asmática. Los músculos de las vías respiratorias se contraen, la mucosidad se acumula y el aire simplemente no fluye como debería. ¿Resultado? Dificultad para respirar, tos persistente, silbidos y una sensación de ahogo que puede ser muy angustiante.
¿Qué hacer en ese momento?
- Mantén la calma, la ansiedad solo empeora los síntomas.
- Siéntate derecho y relájate. Nada de acostarse.
- Usa tu inhalador de rescate. Inhala 1 o 2 dosis, espera unos minutos.
- No minimices el episodio. Un ataque de asma puede escalar en minutos.
- Si no puedes hablar bien, si tus labios o uñas se ponen azules o si el inhalador no ayuda, busca atención médica urgente.
- Informa a alguien cercano. Que sepan qué hacer si las cosas se complican.
¿Por qué necesitas un seguro de salud si tienes asma?
Porque esta no es una condición de una sola vez. Necesitas revisiones frecuentes, acceso rápido a medicamentos, atención de emergencia si se presenta un ataque fuerte… y todo eso cuesta. Un seguro de salud te da:
- Consultas especializadas para controlar tu tratamiento.
- Exámenes de diagnóstico si los síntomas cambian o empeoran.
- Cobertura para medicamentos de mantenimiento y de rescate.
- Atención de emergencias sin preocuparte por el pago inmediato.
- Tranquilidad para ti y tu familia.
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