Estás en casa con tus amigos, tele encendida, camiseta puesta … y empieza el partido de Alianza Lima en la Copa Sudamericana. Minuto 89, el marcador está empatado y, de pronto, un zapatazo rompe la red. GOLAZO. Lo gritas como si estuvieras en Matute, con tal fuerza que el vecino se entera… y tu garganta también.
Lo que en el momento fue pura emoción, al día siguiente es pura ronquera. Y ahí es cuando recuerdas que un seguro de salud no solo sirve para emergencias grandes, también para esos “accidentes” caseros de hincha apasionado.
¿Cómo te ayuda un seguro de salud en estas jugadas?
Un seguro de salud privado no solo está para emergencias graves. También es tu respaldo para esos “accidentes de celebración” que llegan sin previo aviso. Imagina tener acceso rápido a un médico que te revise, te recomiende tratamiento y te ayude a recuperar la voz, para que estés listo para el próximo partido.
Con un seguro privado puedes:
- Acceder a una amplia red de clínicas y especialistas.
- Consultas rápidas.
- Aprovechar las consultas a distancia para recibir diagnóstico y recetas electrónicas sin salir del sillón.
Porque en el fútbol (y en la vida) todo puede pasar
Si la emoción del gol en la Copa Sudamericana te dejó ronco, afónico o con la garganta hecha un desastre, un seguro de salud es como ese defensa que siempre llega a tiempo: te respalda, te cuida y evita que el partido se complique.
La próxima vez que la pelota cruce la línea y te pongas a gritar, hazlo con el alma… pero con la tranquilidad de que tu salud está asegurada.
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