Raúl, 26 años. San Isidro
Excelente pregunta, Raúl. Te cuento que hace unos años me fui de viaje a Costa Rica, todo emocionado por probar el canopy en la selva. Todo bien hasta que, en medio de la adrenalina, terminé con un golpe que me dejó adolorido y directo al médico. Pensé que mi seguro de viaje lo cubría, pero al revisar la póliza me llevé la sorpresa: mi plan excluía deportes extremos. Así que no me quedó de otra que pagar de mi bolsillo. Desde entonces aprendí que leer toda la póliza es tan importante como empacar el pasaporte.
Entonces, Raúl, ¿qué debes tener en cuenta? No todos los seguros de viaje cubren deportes extremos. Algunos los excluyen, pero en el mercado sí existen planes diseñados para viajeros como tú, que incluyen cobertura para actividades como trekking, buceo, surf, canopy, rafting o incluso esquí. La clave es preguntar directamente a la aseguradora y confirmar qué actividades están incluidas.
¿Qué cubre un seguro de viaje estándar?
Un seguro de viaje es tu respaldo frente a los imprevistos más comunes cuando sales del país. Desde una emergencia médica inesperada hasta la pérdida de tu equipaje, estos planes están pensados para que disfrutes de tu viaje con la tranquilidad de que, si algo pasa, no tendrás que enfrentarlo solo:
- Asistencia médica completa: por enfermedad, accidente o incluso emergencias dentales.
- Repatriación y traslado médico: en caso de emergencias graves.
- Indemnización por pérdida de equipaje.
- Cobertura por demoras o cancelaciones de vuelo.
Ten en cuenta que en muchos planes no están incluidos los deportes extremos porque implican un riesgo mayor. Sin embargo, algunas aseguradoras ofrecen:
- Planes especiales para deportes extremos. Incluyen accidentes ocurridos mientras practicas actividades de alto riesgo.
- Cobertura adicional opcional. Pagas un poco más y amplías tu seguro para estas prácticas.
Antes de lanzarte a la aventura, revisa bien tu póliza y pregunta todo lo que necesites. Las aseguradoras están más que dispuestas a darte la información detallada. Y créeme, nada arruina más unas vacaciones que descubrir que tu seguro no cubre justo lo que más disfrutas.