Con el cambio de clima llegan los estornudos, las fiebres y ese malestar que te obliga a quedarte en casa con mil capas encima y una taza de té en la mano. Y es que el aire frío y seco reseca nuestras vías respiratorias y debilita sus defensas. ¿El resultado? Más posibilidades de que virus como la influenza o el rinovirus entren en acción.
Si últimamente te sientes medio engripado, con la nariz roja y el humor por los suelos, no estás solo. Pero antes de que el resfriado te gane la partida, aquí tienes algunos cambios simples que pueden marcar la diferencia.
Cómo fortalecer tu sistema inmunológico
Come rico y colorido. Frutas como la mandarina, la naranja y la papaya están cargadas de vitamina C, mientras que el brócoli, la zanahoria y las verduras de hoja verde te llenan de antioxidantes. Súmale proteínas magras, cereales integrales y un poco de chocolate oscuro.
Duerme bien y muévete. Dormir 7 a 8 horas y hacer ejercicio suave (como caminar 20 minutos) activa tu circulación y mejora tus defensas. Pero sin sobre exigirte: el exceso también debilita.
Abrigarse está bien, pero ventilar también. Airea tu casa por lo menos 30 minutos al día para evitar la acumulación de humedad y moho, enemigos silenciosos de tus pulmones. Y sí, abrígate bien, especialmente si vas a salir temprano o de noche.
No subestimes las vacunas. Si puedes vacunarte contra la influenza, hazlo. Especialmente si eres adulto mayor, tienes una enfermedad crónica o simplemente eres de los que siempre “cae” con el cambio de clima.
¿Y si igual te enfermas?
A veces, ni todas las frutas, ni las sopas calientes, ni el abrigo de lana más abrigador del mundo pueden evitar que un virus te atrape. En esos momentos, lo mejor que puedes tener es un seguro de salud privado que te permita acceder rápidamente a atención médica y tratamiento adecuado, sin afectar tu bolsillo.
Un buen seguro te cubre desde una consulta rápida hasta medicinas. Así puedes concentrarte en descansar y recuperarte sin preocuparte por los gastos o por buscar una cita disponible en medio de la temporada alta de resfríos.
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