Noche de Eliminatorias, Perú juega de local contra Paraguay. Te pones la camiseta, agarras la bandera, te juntas con los amigos y decides ir en carro para no perderte ni un segundo de la fiesta. Estacionas cerca al estadio, cierras con cuidado y corres entre la multitud para llegar a tiempo al himno.
El partido es intenso: saltas, gritas y cantas hasta quedarte sin voz. Pero la emoción se convierte en pesadilla cuando regresas al lugar donde dejaste tu auto… y lo único que encuentras es un espacio vacío.
Aunque suene a mala suerte, este escenario es más común de lo que parece. Los alrededores de estadios y conciertos suelen ser zonas de riesgo, y basta un descuido para que la celebración termine con un disgusto. Por eso, además de vivir la pasión del fútbol, también toca pensar en cómo proteger tu auto.
¿Qué tan protegido está tu carro si te pasa algo así?
La primera recomendación siempre es la prevención. Toma nota de estos consejos para que nada arruine tu emoción:
- Elige bien dónde estacionar. Opta por estacionamientos oficiales o zonas con vigilancia e iluminación.
- No dejes objetos a la vista. Una mochila o incluso un cargador pueden tentar a los ladrones.
- Usa dispositivos de seguridad. Alarmas, bloqueadores de volante o GPS hacen la diferencia.
- Haz un último chequeo. Puertas y ventanas cerradas, alarma activada y cero objetos a la vista.
¿Y cómo te puede cubrir el seguro vehicular?
Pero incluso siendo cuidadoso, los imprevistos existen. Ahí es donde entra en juego el seguro vehicular, ese respaldo que evita que una noche de fútbol termine en una pesadilla financiera. Con un seguro vehicular estás protegido frente a robos, choques, incendios, desastres naturales o incluso daños a terceros. Según la cobertura que elijas, puedes optar por:
- Cobertura total (Todo Riesgo): la más completa, cubre desde choques hasta robos o daños por desastres.
- Cobertura contra robo y daños parciales: ideal si usas poco tu auto o este ya tiene varios años.
- Cobertura solo a terceros: la opción más básica, cubre únicamente los daños que causes a otros vehículos, personas o propiedades.
Un seguro vehicular no es un gasto: es la tranquilidad de saber que, pase lo que pase, podrás seguir alentando a la blanquirroja sin terminar volviendo a casa a pie.
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