Cada mañana empiezas el día con el mismo ritual: café con azúcar, pan con mermelada y una que otra golosina a media tarde “para seguir con energía”. Todo va bien, hasta que un día sientes una sed inusual, te levantas varias veces en la noche para ir al baño y, aunque comes igual que siempre, el cansancio no te deja. ¡Atento! Podrían ser síntomas de algo más serio: diabetes.
En el Perú, cerca de 1.4 millones de personas viven con esta enfermedad, y lo más alarmante es que la mitad no lo sabe. Por eso, en este Día Mundial de la Diabetes, vale la pena detenernos un momento y preguntarnos: ¿cómo saber si mi cuerpo me está mandando señales?
Síntomas que podrían alertarte sobre la diabetes
- Sed y ganas de orinar constantes. Si pasas el día con una botella de agua en la mano y aun así sientes la boca seca, o si te despiertas varias veces por la noche para ir al baño, tu cuerpo podría estar intentando eliminar el exceso de azúcar en la sangre.
- Cansancio y hambre sin explicación. No importa cuánto duermas o comas, sigues sintiéndote agotado y con un vacío en el estómago. Esto pasa porque el cuerpo no puede aprovechar correctamente la glucosa como fuente de energía.
- Visión borrosa. Si tu vista se vuelve borrosa de repente, podría ser otra alerta de que tus niveles de azúcar están descontrolados.
- Heridas que no cicatrizan. Un pequeño corte puede tardar semanas en cerrar. Esto ocurre porque el exceso de glucosa afecta la circulación y retrasa la cicatrización.
- Hormigueo o entumecimiento. Si sientes cosquilleo o adormecimiento en manos o pies, podrías estar frente a un daño en los nervios causado por niveles altos de azúcar sostenidos en el tiempo.
¿Por qué es importante detectarla a tiempo?
La diabetes tipo 2 representa el 95% de los casos en el país y está relacionada con el sobrepeso, el sedentarismo y la alimentación poco saludable. Lo preocupante es que solo 3 de cada 10 personas con diagnóstico logran mantenerla bajo control, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones como problemas renales, pérdida de visión o enfermedades del corazón.
Contar con un seguro de salud puede marcar la diferencia. No solo te permite acceder a chequeos y controles médicos preventivos, sino también a consultas especializadas, tratamientos y hospitalizaciones sin preocuparte por los costos.
Además, te brinda atención rápida y sin largas esperas, lo que es clave cuando se trata de enfermedades que requieren seguimiento constante.
Escucha a tu cuerpo, hazte tus chequeos y mantén hábitos saludables. Y recuerda: prevenir siempre será mejor que lamentar.
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