Todo empezó con un estornudo. Luego vinieron la tos, la congestión nasal, un poco de fiebre y ese clásico “tranqui, es solo un resfrío”. Pero a los días, el cuerpo dolía, respirar costaba y no había panadol que haga efecto. Resultado: visita a emergencias y reposo obligatorio. ¿Te suena familiar? Con el frío, llegan también las infecciones respiratorias, esas que comienzan con síntomas suaves y terminan, a veces, en una cama de hospital. Lo peor es que muchos minimizan los primeros signos… hasta que ya es tarde.
¿Qué infecciones respiratorias son las más comunes en invierno?
Resfriado común: congestión, estornudos, dolor de garganta. Dura poco, pero fastidia mucho.
Gripe (influenza): lo mismo que el resfriado… pero con esteroides. Puede darte fiebre alta, dolores musculares y, en casos graves, complicaciones pulmonares.
Faringitis: ese dolor de garganta que no te deja ni tragar saliva.
Bronquitis: tos persistente y dificultad para respirar.
Neumonía: el más temido de todos. Fiebre alta, debilidad, dolor al respirar y en algunos casos, hospitalización urgente.
¿Cómo puedes evitar terminar en emergencia?
- Ventila tu casa y oficina todos los días. Diez minutos bastan para renovar el aire.
- Lávate las manos con frecuencia. Es el método más barato y efectivo para frenar virus.
- Vacúnate contra la influenza. Es una de las formas más seguras de prevenir complicaciones.
- Come bien. Frutas, verduras, líquidos y vitamina C son tus aliados naturales.
- Evita automedicarte. Si te sientes mal, ve al médico. Lo que para ti es “una tos tonta”, puede ser el inicio de algo más serio.
Cuando la salud se complica, el tiempo y el acceso a atención médica pueden marcar la diferencia. Un seguro de salud te permite atenderte rápido, sin largas colas o esperas eternas en clínicas y especialistas de primer nivel. También cubre consultas, análisis y tratamientos, desde el primer síntoma, además de chequeos preventivos, como campañas de vacunación contra la influenza. ¡Y todo esto a un precio accesible!
No hay nada mejor que estar preparado antes de que ese resfrío te tumbe.
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