Las enfermedades transmitidas por alimentos son más comunes de lo que pensamos, especialmente durante el verano. Como sabemos, el calor favorece el crecimiento de bacterias y virus en los alimentos, lo cual aumenta el riesgo de infecciones e intoxicaciones intestinales.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, estas enfermedades son transmitidas por alimentos, y muchas de estas intoxicaciones ocurren por prácticas inadecuadas de almacenamiento, manipulación o preparación de las comidas o sus ingredientes.
Para disfrutar de esta temporada sin sobresaltos y protegerte a ti y a tu familia, sigue estos consejos:
- Lávate las manos constantemente. Antes de comer o manipular alimentos, asegúrate de lavarte bien las manos con agua y jabón. Este es el primer paso para prevenir la contaminación.
- Refrigera correctamente. Mantén los alimentos perecederos a la temperatura adecuada. El calor acelera el crecimiento de bacterias, así que asegúrate de que todo esté bien guardado en el refrigerador.
- Elige lugares confiables para comer. Si decides comer fuera de casa, verifica que los establecimientos cuenten con buenas prácticas de higiene. Un lugar limpio y bien organizado es clave para evitar problemas.
- Cocina bien los alimentos. Asegúrate de cocinar correctamente las carnes y mariscos ya que, si no se cocinan a una temperatura adecuada, las bacterias pueden sobrevivir y causar enfermedades.
- Evita dejar alimentos fuera por mucho tiempo. En verano, los alimentos no deben permanecer fuera de refrigeración por largo tiempo. Si no estás seguro de cómo se almacenaron, mejor evita consumirlos.
Recuerda, disfrutar de los alimentos veraniegos con precaución es la mejor forma para evitar problemas de salud. Y si llegas a enfermarte, contar con un seguro de salud puede brindarte la atención médica necesaria rápidamente, garantizando que cualquier eventualidad se resuelva de la mejor manera. ¡Disfruta del verano, pero siempre con precaución!
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